Prostitución literaria en Barcelona
En Barcelona, no sólo se ejerce la prostitución alrededor de La Boquería, sino mayoritariamente, más elitista y exclusiva, evidentemente, alrededor del Ensanche.
Las nuevas “golfillas mediáticas” viven atrincheradas en sus covachas, redacciones, púlpitos radiofónicos, magazines dominicales, programas rosas en la sobremesa… Todo sería correcto, si no fueran unos intrusos –masculinos y femeninos-, en el arte de escribir con honestidad y decencia, más allá de atributos y carencias personales.
Actualmente, salvo honrosas excepciones, la inmensa mayoría de los escritores que viven en Barcelona, optaron por ser un alguien visible, frente al meritorio hacer algo con esfuerzo.
Lo verdaderamente importante para ellos, no es escribir o, intentar escribir un buen libro; lo único que les interesa, es venderlo masivamente; que sea un producto más de consumo.
Los editores barceloneses, saben muy bien, qué vender en cada momento. Lo suyo, es la mercadería y el tráfico de ideas; el arte, no les interesa en absoluto.
Las escritoras, suelen llevar la peor parte y, su prostitución intelectual, es más visible que la masculina. ¿Por qué razón?
Las editoriales ubicadas en el Ensanche, les encargan obras paupérrimas, descafeinadas y pusilánimes, que bien etiquetadas y promocionadas, hasta pueden llegar a ser un Premio Planeta, por ejemplo…, como Ángeles Caso.
Los mercaderes del Ensanche, explotan con bajeza la condición femenina, sin salirse nunca del tópico y los lugares comunes, bajo un etiquetado “políticamente correcto”. Explotación sutil y larvada, pero explotación, a secas.
“Literatura de mujeres para mujeres”, es una verdadera infamia intelectual, pero ciertas fámulas prefieren pescar bajo contrato pactado, en la insalubre cloaca de la putrefacción literaria.
Lo importantes en Barcelona, es vender un producto contaminado creativamente, enervante y vacío de contenido estético, haciéndole pasar por literatura seria y comprometida con las mujeres caboverdianas, para entendernos mejor.
Si es una mujer mediática, aunque no tenga ni idea cómo escribir una novela de riesgo artístico, sin paraguas protector, tiene los cinco ases para ganar un premio literario muy importante en la Diagonal.
Lo “femenino”, está siendo explotado vilmente; a medio plazo, la autora, será enterrada en vida, eso sí, con un buen botín pirático a bordo de su alacena.
Sin necesidad alguna, Camilo José Cela, cayó en la infamia literaria por culpa del dinero fácil y rápido: Fast Money!, a pesar de ser un autor galardonado con el Nobel. Su “Planeta 1994”, fue un amaño indigno de un escritor de raza, pero ciertas “compañías portuarias femeninas”, le empujaron hacia el deshonor.
El arte exige riesgo, disciplina, paciencia y, lanzarse al vacío, sin paracaídas.
Muchos escritores en Barcelona, viven y escriben a las babas del Poder. Son intelectuales de plantilla; son lameculos y huelebraguetas orgánicos; por la mañana trabajan en los burdeles gubernamentales; por la tarde escriben al dictado de editores insufribles; por la noche, frecuentan covachas y tertulias dónde lo importante, no es lo qué dicen, sino contra quién argumentan sus pequeñas canalladas gramaticales.
Comprar la última novela de Ángeles Caso, Premio Planeta 2009, por ejemplo, es patrocinar a destajo la prostitución literaria en el Ensanche, ahondar todavía más en el desprestigio de la mencionada autora y, ampliar peligrosamente el campo de batalla, entre literatura seria y residual; entre escritor y mercenario.
Próximo capítulo: Un burdel en el Ministerio de Cultura
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Grove Island
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