La señora Clinton y la señorita “Trini”
La “Trini”, es ya escarnio nacional en la calle, como antaño fueron Morán y Moratinos.
¿Qué pasa con ella?
Es una política fracasada cuya responsabilidad en Exteriores le viene demasiado profunda. Sirve, cómo no, para palparle la rodilla al Morales juguetón y, poco más.
Su entrada, en escena, es puro espectáculo mediático. La “Trini”, es la ministra-florero hazmerreír del gobierno actual. Tras fracasar repetidamente, en la batalla de Madrid, ZP, como premio a su papelón, la envió al peor cargo posible: Exteriores. Indudablemente, hay amores que matan…
Carece de discurso propio, carisma y credibilidad. Para estar de cháchara en la consulta de su logopeda con Carmen Sevilla y Belén Rueda, todavía, pero no más allá, cuando enfrente debe lidiar con un taimado criminal de guerra llamado Mohamed VI.
Si la señora Clinton resbala, detrás está su Bill, para ayudarla a bajar la escalera tortuosa de las relaciones internacionales. Además, la señora Clinton posee un gran perfil intelectual y, ella sola, conoce cómo tratar con sátrapas islámicos: “es un hijo de perra…, pero es de los nuestros”. Conoce el género y no divaga.
En España, a pie de calle, el vituperio y el escarnio son moneda de cambio en el ajedrez político.
La “Trini”, que tanto gusta masajear rodillas cojoneras andinas, para la turbamulta vulpina, ahora mismo, es una fuente inagotable de chistes obscenos.
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