Ángeles huelebraguetas en los prostíbulos de la mansedumbre literaria
Juan Madrid, José María Merino, Alfredo Conde, Juan José Armas Marcelo, Martín Casariego, Jesús Ferrero, Luis García Jambrina, Paula Izquierdo, Ramón Pernas, María Menéndez Ponte, Carlos Ortín, Valentín Puig y Fernando Sánchez Dragó...
A excepción de Jesús Ferrero y Sánchez Dragó, ¿por qué ellos sí y Udonge no?
Mis libros de narrativa contemporánea, “El juego de la nube y la lluvia” y “Le temps des Assassins”, merecían por mérito propio, figurar en la XVI Feria del Libro de Beijing, representando a España y, no la inmensa mayoría de los elegidos por la Ministra de Cultura, bien macerada a diario, en las babas del Poder juancarlista. Son dos obras literarias de marcado sabor orientalista, muy influenciadas ambas, por la milenaria civilización china, desde Confucio a Mao.
Otra injusticia más contra Udonge y, su literatura ecléctica, universalista e independiente, amasada lentamente a contracorriente durante dos décadas, al margen del mercado del libro, modas efímeras, imposiciones editoriales, prebendas políticas...
Permanentemente bajo sospecha, por ser tan autárquico y rebelde, sin molestarse nunca en nadar en la cloaca intelectual al servicio del actual régimen, su creación artística es silenciada, perseguida e ignorada en los medios de comunicación nacional, afines a la corrupción, el clientelismo y el nepotismo anacrónico, tan español, tan canalla, tan contemporáneo…
¿Quién los eligió a dedo para viajar al gigante asiático? Cuando algunos de ellos, en un banal concurso televisivo, serían incapaces de localizar correctamente en el mapamundi, el vasto territorio chino… Una vez más, la arbitrariedad es la norma de la casa en el Ministerio de Cultura y el peripatético Instituto Cervantes, jamás al servicio de la cultura con mayúscula, sino correa de transmisión de burdas, maniobras orquestadas en la voraz trastienda cainita.
Jesús Ferrero y Dragó están en Beijing por méritos propios, pues sus trayectorias humanas y sus obras literarias impregnadas de reminiscencias asiáticas, así lo manifiestan; los demás, es puro reparto del Poder cautivo, que tanto se ejerce en la España del siglo XXI, sin valorar estrictamente lo literario, frente a la rapiña pirática, por facciones sumisas…
No pocas veces y, casi siempre, me siento un exiliado político en el interior de un país que espiritualmente no es el mío…, irreconocible y detestable en casi todo.
Periférico, extraterritorial, iconoclasta, escribiendo y viviendo, más allá de la mezquindad editorial y la inducida seborrea que impregna a diario la vida intelectual ibérica, tan prolija en inyectarle a los suyos, la dulce ambrosía que maman y succionan barraganas y mercenarios de la pluma, laureados hasta el escarnio, en los burdeles escribanos del deshonor y la martingala, untados y bien cebados, por los eternos mandarines y jerarcas que calcinan la creatividad, asesinan el arte y aniquilan a base de decretos-ley, la decencia de unos pocos escritores malditos y rebeldes, a los que tildan desde sus púlpitos mediáticos, de provocadores y agitadores estéticos, a favor de un nihilismo revolucionario y catártico.
Udonge
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