De vez en cuando no te recuerdo. Continúo con mi vida haciendo las labores cotidianas y pensando en esas cosas que uno piensa a diario.
Como la luna, a la que aun siguen buscando los enamorados, y el agua de los posos, de la que beben los humanos. Pero tampoco puedo evitar tu recuerdo, pensar en ti, como en un secreto, que no he debido escuchar, pero que aprecio.
Y es que en verdad te quiero, como quiero a mis cobijas, a mis libros, a mi voz que te seduce y a tu cuerpo.
Te necesito, como necesita un viejito de un dulce para mantenerse quieto. Y te necesito, como necesita un niño de la imaginación para seguir sonriendo.
Soy un enamorado de ti, al que le provocas una tierna distracción durante el día, y se me nota como un beso en la mejilla.
Y es que te amo tanto, que voy ha besarte hasta tener en mis labios, sabor a tu sonrisa.
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