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Étoile ratée
E
n mi condición de curtido scooper –rastreador de noticias difusas e inverosímiles como la incineración del espía Paesa-, mientras husmeaba en Indochina su “muerte técnica”, –el traficante de armas que estafó, traicionó y vendió a Luis Roldán por trescientos millones de pesetas-, tangencialmente y, fuera de programa, tropecé con las huellas de Feng.
Una periodista laosiana colaboradora mía del Wiangchan Mai, me armó a qué escribiera sobre el pintor falaang que ella había conocido años atrás en la licorería Chateau du Lao. Frente a una botella de licor de arroz, le había narrado sus andanzas e inquietudes respecto a Paesa y la Triple B, a lo largo de una intensa entrevista. Tooy, me puso en contacto con sus antiguas amantes, a su paso por City of Sandal. “Feng c´est un peintre a la manque. See you later for dinner and some sips, boss….. Laew phob kan mai” –she said.
Daao, su novia viet en las espesas jornadas del The River of Nine Dragons, me vendió su diario autógrafo, un libro-pintura y algunas historias poco veraces, a cambio de una gran resaca en la barra del Saysana banthóeng. No sé por qué, acepté su oferta… Sólo recuerdo la voz aterciopelada de Xiao Hong –La Pequeña Roja-, empujándome a navegar juntos hasta el alba y, a releer en su cuarto frente al río, las cartas con poemas y dibujos eróticos que Feng le había escrito desde Luang Prabang. De aquella cálida y húmeda velada, lo qué mejor recuerdo son ciertas estrofas de Chanson Sans Paroles.
Del pasado rocambolesco de Roldán en Lao, ni rastro. Paesa, uno de los cofundadores de la Tripe B, “técnicamente”, había muerto en Ciudad de los Ángeles e incinerado oficialmente.
La ruta número trece que une Wiangchan con las provincias fronterizas del norte, a veces puede resultar una emboscada mortal.
En la muy búdica Luang Prabang, un pintor neofauvista llamado Bourichanh, me regaló más enigmas y confusión sobre el invisible Feng. En 15 Nagas Gallery compré más dibujos y dudas sobre su enigmática existencia real: Tushita Heaven –Los cielos de Tushita-, pincelado por Viento durante su corta etapa monacal como bonzo budista en el monasterio Xieng Thong. La primera parte la pintó durante su huída del desencanto. La segunda fue ejecutada en los cafés estilo parisiense de City of Hundred of Thousands of cobras.
Paesa, el triple espía que se quedó con el botín de Luis Roldán y, poseía todas las claves del embrollo…, se hacía pasar por “muerto”y, bajo siete pasaportes argentinos residía discretamente en París. Juego de espejos cóncavos y convexos. Juego de abalorios e identidades falsas. Juego de máscaras y enigmas.
Ichinen-sanzen es un libro místico-religioso que hilvanó Feng utilizando mi seudónimo japonés. Lo tejió en la carretera, oteando los cielos aneblados de Tushita, mientras huía de sí mismo y de un pasado a olvidar.
Un peintre a la manque; un hombre sin rostro, vivo o muerto, en la jungla junto a la cuadrilla de Pao Pao, faenado por la mítica Triple Frontera.
En Bilbao, fue simplemente un gabarrero del Nervión llamado Viento; entre los mahouts -adiestradores de elefantes en la señorial y sofisticada Ayuthaya-, se hizo llamar Wind; en Citadel of the Moon, Daao, Xiao Hong y Tooy le recuerdan como Feng –Viento en idioma mandarín.
Ichinen-sanzen-Udonge
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