Rey Mohamed VI de Marruecos: criminal de guerra, asesino e inquisidor musulmán
Su padre, con la ayuda de la Cía americana, fue durante años y años, el mayor traficante de drogas a nivel mundial, aparte de criminal de guerra y genocida.
Su hijo, heredó una corona medieval y sus mismas aficiones, con el beneplácito de la Casa Blanca, Madrid, París y Bruselas.
Su método habitual de gobierno es la tortura, ya sea contra sus esclavos nacionales o contra extranjeros de países débiles y decadentes, como es el caso de España.
Tratarle con guante de seda, es un error de cálculo. Mohamed VI, respeta la fuerza de las armas, no la fuerza de la razón. Pactar con él, es hacerlo con una hiena de siete cabezas: la traición a lo pactado es su manera medieval teocrática de entender la política.
Al tenerle como “amigo”, Madrid ya no necesita buscarse un peor enemigo.
Al ser Marruecos una satrapía, ejerce un poder absolutista y feroz. Perseguidor de cristianos y ateos, juega a dos bandas: no molestar demasiado a los integristas y, llegado el momento, utilizarles a su favor. Ser guardián de Occidente frente a la desnortada opinión pública occidental.
Madrid y Bruselas se equivocan al apoyarle tácitamente en su genocidio contra el pueblo saharaui. El proceso descolonizador no fue completo en 1975. Madrid, debería envía tropas de combate para frenar las masacres y las torturas masivas. El Ejército nacional, por responsabilidad histórica tiene que intervenir en un territorio bajo jurisdicción española, mientras el Sahara no sea un país soberano y con soberanía.
La “Trini”, es un florero zapatista más. Aparte, de pasarse horas y horas en la consulta de su logopeda puliendo su dicción personal, el puesto le viene demasiado grande. Si Moratinos es un “mierda”, según Reverte, ¿qué obscenidades gramaticales no escribir sobre la favorita de Zapatero? Morán y Moratinos, a nivel de escarnio popular, serán unos pardillos a su lado.
La izquierda española deberá movilizarse en la calle, exigirle responsabilidades penales a los sátrapas y apoyar el envío urgente del Ejército español, a defender a un pueblo inocente masacrado, tutelado a nivel internacional todavía por España, por ser la potencia colonizadora responsable de su seguridad territorial..
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